LA RAZA BENGALÍ
La raza de gato bengalí es una raza de gato doméstica con un ancestro salvaje, el gato leopardo asiático. El origen de la raza se remonta a la década del 1960 en Estados Unidos fruto de la casualidad de un cruce entre un macho de pelo corto negro con una ejemplar hembra del gato leopardo asiático, técnicamente conocido como felis bengalensis. Es un leopardo salvaje de tamaño pequeño que se encuentra en la región asiática cuya genética es sorprendentemente compatible con la de los gatos domésticos.
Este descubrimiento le llevó a realizar investigaciones de genética y a realizar cruces con gatos domésticos que más se podían asemejar al felis bengalensis, con la finalidad de obtener una descendencia lo más parecida al ancestro salvaje, pero con el carácter cariñoso y dócil de los gatos domésticos. Por este motivo, cruzó con razas de pelo corto como el Abisinio, el British Shorthair, entre otras, y las moteadas como el Ocicat. Sin embargo, como los resultados no le parecieron lo suficiente convincentes, viajó a la India para intentar encontrar un gato doméstico que tuviera rasgos similares, y para su sorpresa, un hallazgo en un zoológico fue decisivo para forjar la raza bengalí, se encontraría con el que sería Millwood Tory of Delhi, un gato Mau de India repleto de manchitas negras sobre un manto anaranjado y unos ojos verde esmeralda muy llamativos.
A través de varios años de cría selectiva y de un trabajo fuerte en el mundo felino, consiguió consolidar la raza bengalí, y en conjunto con otros criadores contemporáneos, su reconocimiento como raza felina doméstica oficial.
Técnicamente, los gatos resultantes que se catalogan como raza bengalí son los que se corresponden a partir de la cuarta generación (F4) del cruce original híbrido en adelante, que es cuando pueden ser expuestos en las exposiciones felinas y concursar como cualquier otro gato doméstico reconocido. Las primeras tres generaciones, se denominan ejemplares fundacionales.
El primer macho gato bengalí en pisar tierras españolas fue Gogees Nitro Glistening de Ramazan en el año 1995, un gato bengalí de la cuarta generación(F4), cuyo tátara abuelo fue Millwood Tory of Delhi. Fue un ejemplar muy famoso en EEUU en la década de los ochenta, arrasando en todas las exposiciones felinas con su característico manto moteado y sus intensos ojos verde esmeralda con un carácter dócil, apacible y cariñoso.
Los gatos bengalíes tienen un tamaño un poco más grande que el gato común europeo, los machos suelen pesar entre los 5 y 8 kilos, y las hembras entre los 3,5 y 5 kilos.
El cuerpo de los machos es robusto, fuerte, fibrado, sólido, alargado, con las piernas traseras un poco más largas que las delanteras, y unos hombros muy musculados que, al andar, muestran un movimiento que recuerda al leopardo. Las hembras lucen un cuerpo más esbelto, femenino, pero a la vez es notorio esa estructura y morfología fibrada y sólida.
Existen dos clases principales de dibujo que muestra el manto corto y pegado al cuerpo del bengalí, el spotted (moteado) y el marble (arremolinado). En cuanto a colores hay cierta diversidad entre las que destacamos los colores estándar reconocidos que son el Brown, el Snow, y el Silver. A partir de aquí, surgen las combinaciones entre las clases y los colores, ofreciendo una variedad dentro de la raza bengalí.
Desde los inicios hasta la actualidad, el diseño de los spotteds y marbles ha progresado muchísimo, sobre todo los spotteds. En los comienzos, las manchas del bengalí spotted eran pequeñas y negras, ofreciendo un manto anaranjado repleto de puntitos pequeños. Y, hoy en día, a través de la cría selectiva, se han desarrollado en lo que llamamos rosetas. Estas rosetas son unas arandelas redondeadas con un contorno oscuro y un interior de otro tono, contrastando sobre su manto claro.
Las rosetas han evolucionado de tal manera que, a día de hoy, encontramos una variedad muy amplia, incluso, en el mismo manto de un bengalí podemos encontrar varios tipos.
Destacamos como principales las rosetas tipo donut, en cadena, punta de flecha, dos tonos, y la roseta nebulosa (clouded). Se pueden encontrar en mayor o menor tamaño, redondeadas o alargadas, pero siempre en una distribución horizontal en el manto. Dos rasgos más no se nos pueden escapar cuando vemos a un bengalí.
Por una parte, el glitter, el destello dorado en los Brown, y el destello plateado en los Snow y Silver, que brilla bajo el sol; y, por otra parte, el tacto suave como el visón, acariciar a un bengalí posee un efecto extremadamente relajante por la intensa suavidad del lustroso manto.
La cabeza del bengalí refleja la forma de un trapecio, y ligeramente pequeño respecto al cuerpo, con mandíbulas fuertes, las orejas pequeñas en su fase adulta y de punta redondeada, las almohadillas de los bigotes preferiblemente bien pronunciados y una barbilla fuertemente marcada, así como se valora el perfil recto que va desde los ojos hasta la punta de la nariz.
Los ojos pueden ser verdes, verde-dorado o dorados, principalmente, y de forma almendrada. Las almohadillas de los pies siempre negras, como la punta de la cola que debe ser negra. La zona de la barriga se caracteriza por un tono muy clarito y moteado con manchitas negras. En la parte baja de las piernas delanteras muy a menudo muestran puntitos negros en vez de bandas horizontales, un rasgo muy similar al felis bengalensis.
Al ser un gato de pelo corto, los cuidados son mínimos. No sueltan mucho pelo, tan solo en la época de la muda es conveniente un cepillado más asiduo. Debido a sus glándulas sebáceas debajo de la barbilla, suelen soltar una grasita marrón que se limpia fácilmente con un disco de algodón y el producto apropiado para retirar estas secreciones pequeñas. Las orejas suelen producir un poco más de cerumen que otros gatos, por lo que se procederá a su limpieza periódica con el mismo producto utilizado para la barbilla.
Pero el cuidado más importante que debe recibir, es cariño y tiempos de juego, no es conveniente que pase jornadas laborales enteras solo. De ser así, es recomendable que disponga, por ejemplo, de otro compañero gatuno.
El carácter del bengalí es, generalmente, muy cercano, cariñoso, bastante activo y juguetón, muchas personas son las que afirman que se parece más a un perrito que a un gato convencional, por la cercanía a su dueño. Conviven perfectamente con otro tipo de gatos o mascotas como perros, hurones, etc.
Viven perfectamente dentro de pisos, no necesitan un jardín, aunque les encanta, de vez en cuando, ir de paseo con arnés y correa por el bosque, la playa, en búsqueda de rincones especiales. Su atracción por el agua les motivará a chapotear en algún riachuelo que encuentren por el bosque o a experimentar con las aguas calmadas de la playa.
Artículo e imágenes gentileza de Denisse Moult: